Kung Fu

Kung Fu, es un arte marcial que conlleva una educación física dentro del marco de las artes chinas y que a su vez, desarrolla una filosofía de vida y salud. Sus movimientos en coreografía perfectamente armonizados están compuestos de distintas técnicas marciales, que el practicante irá desarrollando con el paso del tiempo, mejorando su estado físico y mental. Es practicado por todo el mundo, tanto por niños como por mayores, sin discriminación de sexo o edad. Implica una auto-disciplina natural que lleva al practicante a ser íntegro en sí mismo, más sociable con el resto de las personas, y, en general, a ser una persona equilibrada y armoniosa con todo lo que le rodea.

La tolerancia, la paz y la ayuda hacia los demás, que todo ser humano posee, se van quedando un poco olvidados en distintas etapas de la vida de cada individuo y, socialmente, nos volvemos menos humildes hacia los demás.

Con la práctica del Kung Fu, retomamos nuestras actitudes más positivas y las fortalecemos. Esta disciplina, que ha seguido perdurando en su país de origen, es una rica herencia para la humanidad. Practicado correctamente, permite la superación de obstáculos que haciéndolo de otra manera, resultaría más difícil lograrlo.

Un ejemplo es, que el ser humano no nace siendo un consumidor social, lo hacen; y para ser fuertes y controlar nuestras actitudes, debemos aprender a ser más responsables de nosotros mismos. Las personas tenemos un potencial interno incalculable y es lo que tenemos que aprender a desarrollar mediante la práctica del arte que nos guste.

El Kung Fu tiene esas cualidades y es un rico caudal de sabiduría por descubrir. La metodología que utilizamos en la escuela es el resultado de la investigación de muchos años en centros de China y con grandes maestros. Pedagogicamente originales y por su puesto, manteniendo las enseñanzas lo más puras y fieles posibles, es la dedicación de mi vida en las artes marciales desde mi niñez.